miércoles, 25 de abril de 2007

elegía del bicho violeta y sus triceratops de colores


1
llueve
tu virgencita de plástico ni se enteró

y la poesía tiene eso de ídolo
que me aterra

2
ella no cosecha niños de su llanto
su soledad está pero no está

mil veces se soñó morir
y sin embargo

3
cuenta a la mañana su muerte como si nada
y efectivamente nada

quiero que sea un juego y no quiero que sigamos jugando
no hay magia en tu ausencia
no estás traveseando una escondida en el laberinto de nuncas

sólo te llamo y no atendés<<<<<< 4 como el miedo
<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<ni el ser ni la nada
<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<todo junto

<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<ni una piedra ni un pájaro

<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<existir

5
no creo en la poesía/
la busco borracho en los burdeles/las ochavas/amanezco en su catre/sus alfombras/enroscado en sus jugos/los alcoholes/la niego delante la gente que me ve vestido/literato/la vuelvo a buscar/urgente/la encuentro en mi cuerpo/la inundo/le doy motivos para sentir su asco/la tirito/como amanecer desnudo hasta los restos/la odio/por hacerme de lo que no es/por sus amores prostitutos/que no cogen pero cobran/la mato de muerte de plastilina/fofa/como el que mata a la madre que lo reta/inocente/como un beso entre primos/la mato cuando ya estoy muerto/con miedo/

no creo en la poesía

6<<<<<< no

no puedo estar tán solo



24/abr/o7

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ivan...pienso que no todo es violeta en la vida y menos nublado,
agrego,tampoco es una mierda esto de vivir.
pero que se yo,cada uno lo ve a su modo.y creo que me quede sin palabras...

Anónimo dijo...

La pura verdad

Si ustedes lo permiten,
prefiero seguir viviendo.
Después de todo y de pensarlo bien, no tengo
motivos para quejarme o protestar:
siempre he vivido en la gloria: nada
importante me ha faltado.
Es cierto que nunca quise imposibles; enamorado
de las cosas de este mundo con inconsciencia y dolor
y miedo y apremio.
Muy de cerca he conocido la imperdonable alegría; tuve
sueños espantosos y buenos amores, ligeros y culpables.
Me averguenza verme cubierto de pretensiones; una gallina torpe,
melancólica, débil, poco interesante,
un abanico de plumas que el viento desprecia,
caminito que el tiempo ha borrado.
Los impulsos mordieron mi juventud y ahora, sin
darme cuenta, voy iniciando
una madurez equilibrada, capaz de enloquecer a
cualquiera o aburrir de golpe.
Mis errores han sido olvidados definitivamente; mi
memoria ha muerto y se queja
con otros dioses varados en el sueño y los malos sentimientos.
El perecedero, el sucio, el futuro, supo acobardarme,
pero lo he derrotado
para siempre; sé que futuro y memoria se vengarán algun día.
Pasaré desapercibido, con falsa humildad, como la
Cenicienta, aunque algunos
me recuerden con cariño o descubran mi zapatito
y también vayan muriendo.
No descarto la posibilidad
de la fama y del dinero; las bajas pasiones y la inclemencia.
La crueldad no me asusta y siempre viví deslumbrado
por el puro alcohol, el libro bien escrito, la carne perfecta.
Suelo confiar en mis fuerzas y en mi salud
y en mi destino y en la buena suerte:
sé que llegaré a ver la revolución, el salto temido
y acariciado, golpeando a la puerta de nuestra desidia.
Estoy seguro de llegar a vivir en el corazón de una palabra;
compartir este calor, esta fatalidad que quieta no
sirve y se corrompe.
Puedo hablar y escuchar la luz
y el color de la piel amada y enemiga y cercana.
Tocar el sueño y la impureza,
nacer con cada temblor gastado en la huida
Tropiezos heridos de muerte;
esperanza y dolor y cansancio y ganas.
Estar hablando, sostener
esta victoria, este puño; saludar, despedirme
Sin jactancias puedo decir
que la vida es lo mejor que conozco.

Francisco PACO Urondo